Los huevos a la nieve

Del mismo modo que recordar una receta me reconforta, también lo hace escribir en este blog. De alguna manera me recuerda lo importante que es cuidarse, mimarse, tomar conciencia de los sentidos… del sabor, del olor, de la vista, del tacto, … que las prisas del día a día no me vuelvan a llevar a «la perdición» (en un sentido muy exagerado de la palabra, claro 😉 ) de perder el aquí y el ahora. Compartir recuerdos bonitos me devuelve a la paz, así que… aquí va mi regalo de hoy… una receta hecha, saboreada y escrita con la mejor de las intenciones.

¿Vosotros no tenéis un «plato favorito»? Seguro que los gustos y las opciones van cambiando con el tiempo, pero siempre siempre siempre habrá uno que os venga más rápido que otro a la cabeza. Yo sí lo tengo… y son los Huevos a la Nieve. Cuando iba a 3º de EGB (y me acuerdo perfectamente porque iba a una clase provisional que montaron en la iglesia y hacía un frío que pelaba) nos pidieron llevar nuestro plato favorito… y mi madre me hizo una fuente de Huevos a la Nieve que daba gusto ¿No es increíble? Hace casi 30 años era una niña super feliz llevando un plato que para mí era único a clase para enseñárselo a mi maestra Maruja y a mis 30 compis de clase; hoy soy super feliz porque lo comparto en este blog, esperando que llegue a más de 30 personas y sobre todo, que lo repitáis y lo disfrutéis porque con él estaréis llevando el recuerdo de mis abuelas y de casi todas las mujeres mayores de Orce (yo creo que las jóvenes han dejado de hacerlos 🙁 ) a vuestras cocinas ¿Estáis preparados? Allá va…. para las más puristas (pues también me leen las primas de mi papi, cocineras de pro y guardianas de los tesoros de las abuelas) advierto: hay algunas modificaciones respecto a la receta actual, sólo para que me sienten mejor. Estoy segura que sabréis perdonarme 🙂

INGREDIENTES:

  • Para las natillas:
    • 500 ml de bebida vegetal de avena s/g
    • 1 rama de canela
    • 1 trocito de vainilla en rama (vaina)
    • 1 corteza de limón (sin la parte blanca que amarga)
    • 3 yemas de huevo (XL) ó 4 sin son pequeñicos
    • 70 gramos de erititrol
    • 1 cucharada grande de Maizena (harina de maíz)
    • Canela en polvo para decorar
  • Para la nieve:
    • 3 claras de huevo (ó 4, las de los huevos vamos)
    • Un poquito de erititrol
    • Un poco de bebida vegetal de coco

ELABORACIÓN:

  • Natillas:
    • Calentamos la bebida de avena, con la canela, la vainilla (importante abrirla por la mitad para que las semillitas impregnen bien de sabor la leche) y la corteza de limón. Llevamos a ebullición y retiramos del fuego. Dejamos que infusione bien la leche con todos los aromas durante 20 minutillos. Mi truco: añade una cucharadita de Pasta de Cúrcuma para darle un toque super especial (aquí la receta), además de un color más chulo
    • Mientras pasa el tiempo batimos las yemas de los huevos con el erititrol, muy bien batidos con las varillas para que no haya grumos. Cuando lo tengas, añade la Maizena y sigue batiendo para que quede todo bien mezclado. Te quedará una pasta consistente
    • Cuela la leche para quitar los restos de la canela, vainilla, …  y añade poquito a poquito y sin dejar de batir, a las yemas. Cuando lo tengas todo bien batido, ponlo en el fuego lento y sigue removiendo para que no se peguen; en el primer hervor, retira del fuego. Si en este momento ves que están demasiado líquidas (como me pasó a mí), añádeles más Maizena (Truco de las gurús: la Maizena debe disolverse en bebida vegetal antes de añadir a las natillas, si no quedará una pasta imposible de desliar) Ya están listas para que puedas poner en el recipiente que quieras. Antes, te aconsejo haber hecho la «Nieve»
  • Nieve:
    • Añadimos a las claras y poquito de erititrol y las montamos a punto de nieve, bien fuertes, sin miedo
    • Ponemos en una olla planita leche de coco (escogí la de coco porque es bien blanquita y así la nieve queda preciosa, además de que tiene un sabor estupendo) y la calentamos
    • Con una cuchara, vas cogiendo montones de «nieve» y los echas a la olla unos minutos, con la intención de que las claras se cuezan. Sobre todo es importante que la leche nunca hierva, porque si no las «nieves» perderán consistencia y quedarán chapaditas… nubarrones feos vamos
    • He hecho unas fotos de esta parte del proceso que es la más «complicada»
    • Huevos a la nieve2

 

 

 

 

 

 

En el plato final pones las nieves más feúchas en el fondo, tiras después las natillas y acabas decorando con las nieves más bonicas y espolvoreando con CANELA.

Bueno, esto es todo. Espero que te haya gustado… cuando las pruebes te van a encantar, te lo aseguro. Y que sepas que así sabían los postres en La Posada de mi Alberta y en la casa de mi Antonia y Arturo.

A disfrutar… buenas noches luceros.

Huevos a la nieve3

14 comentarios en “Los huevos a la nieve

  1. Silvia

    Soy super fan de los huevos a la nieve… También es uno de mis platos favoritos!! Y tienes razón… Nunca los he hecho y creo que para estas navidades me voy a animar a hacer esta maravillosa receta!!

    Besicos amor!!

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  2. MAYKA

    HOla amiga!!! k crack k eres!!!!…creo k mi yaya carmen hacia algo parecido…..digo hacia….xk no recuerdo cuando fue la ultima vez…creo k para alguna semana santa!!!…a ver si la llamo y se lo pregunto!…y te pasare una receta super «de abuela de pueblo», sopas dulces!….es a base de nueces, pan y azucar!…seguro k tu le sabes sacar «lo natural» a la receta para hacerla sin tanta consistencia!!!! bexitos dsd las cumbres blancas!! tkm :*

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  3. Pingback: Potaje de Bacalao con panecillos – ¿AHORA QUÉ COMO?

  4. Adrian

    Hola Raquel, decirte que los huevos a la nieve también eran lo que más me gustaba en el mundo cuando niño. Recuerdo cuando llegábamos los domingos a la hora de comer a casa de mi abuela, y estaba la mesa de la cocina llena de platos y fuentes con esas nubes blancas asomando por entre las natillas, qué felicidad. Toda la comida esperando que llegara el momento del postre. El caso es que estaba pensando en hacerlos para invitar a unos amigos que vienen mañana a comer a casa y tu receta me viene perfecta, sobre todo porque mi abuela era orcerina y lo que pretendo es acercarme lo máximo a su receta. Por eso, aunque no sea tan sano como tu receta, de momento voy a probar con leche de vaca…aunque no descarto utilizar la de avena más adelante.
    Saludos desde UK,

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    1. rsanva Autor del post

      ¡Vaya subidón me ha dado tu mensaje Adrián! Por palabras como éstas no me canso de escribir… ¡GRACIAS! Lo de los huevos a la nieve es de otro planeta, sólo los que lo hemos probado sabemos qué se siente al comerlos, y creo que es nuestro deber dar a conocer al mundo tal placer 🙂 Mis abuelas la hacían con leche de vaca y con azúcar, mi alternativa es sólo un poco más saludable, pero igual de rica. Claro que como la original… ¡ninguna! Espero que a tus amigos les encanten los «eggs made with snow» 😉 Y un placer conocer a un pariente… si me quieres decir «de quién eres» ya te tendré localizado. Saludos!

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      1. Adrian

        Igualmente, Raquel, encantado de conocerte y gracias a ti por el blog, está muy bien y la sección de las recetas de tus abuelas no tiene precio. Y sí, es verdad, no hay palabras para describir los huevos a la nieve, no se parece a ningún otra cosa que hayas probado antes.. Estoy de acuerdo en que es nuestro deber darlo a conocer, mañana mismo empiezo por tierras inglesas 😉 Por cierto, me gusta como lo has traducido, justo esta tarde estaba pensando en cómo bautizarlo, pero no me convencía ‘eggs of snow’ o peor todavía ‘eggs to the snow’! En cuanto a lo de localizarme, a ver cómo te explico yo ‘de quién soy’…mis abuelos eran Concha y Francisco el Correo, se fueron hace muchos años de Orce.

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  5. Edobido

    Me flipa la receta, la copiaré!!!!! Una alternativa para los días golosos con ingredientes saludables, muy fan!

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  6. Edobido

    Por cierto, ,mi abuela hacía lo mismo (con leche) pero a las natillas les echaba también caramelo recién hecho sin solidficar, vamos, dentro de la crema, de modo que quedaban como morenitas, muy tico también, y después le añadía «la nieve». Ella le llamaba «natillas americanas». No lo he probado en más casas que en la mía, ni nadie que le llame así…

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    1. rsanva Autor del post

      Pues ya es casualidad porque lo de la «nieve» yo no lo había visto nunca así con las natillas. Tu abuela era más dulce que la mía… que ya es decir 😉

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