Creo que no hay casa con madre sin estofado, ¿verdad? Y también creo que hay tantos estofados como madres en el mundo. Cada una le da su toque, ni siquiera entre las mamas de mi familia los estofados saben igual… aunque para mí están todos espectaculares.
El estofado al que nosotros estamos acostumbrados se come con cuchara y lleva mucha verdura. Mi madre suele hacerlo de carne de ternera, pero yo prefiero consumir pollo o pavo y queda igualmente exquisito. Es un plato muy reconfortante y no por ser de cuchara es exclusivo del invierno; si te lo comes sin que te arda la lengua, es una perfecta opción para todo el año; es más, por su alto contenido en verduras, podrás ir variando la composición de los ingredientes en función de la temporada. Un chollo de plato vamos 🙂
Esta receta se la dedico a mi hermana pequeña, que me dijo «Esto sí me gusta a mí Raquel, pásame la receta porfa» y eso me llena de orgullo… porque estamos re-formulando las recetas de nuestras madres-abuelas-bisabuelas-… respetando al máximo su sabor y aportando el poquito de conocimiento que vamos adquiriendo de nuestras investigaciones por mejorar siempre y más nuestra salud. Me preocupa lo de «Esto sí«, pero bueno 😉
INGREDIENTES (para 3 buenas raciones):
- 2 muslos de pollo deshuesados, sin piel y troceados
- 1/2 cebolla morada
- 1/2 pimiento rojo
- 2 tomatillos bien maduros
- 1 diente de ajo
- 2 hojas de laurel
- 1/2 berenjena
- 5 ó 6 champiñones hermosos
- 1 puñado de judías verdes
- 1 puñado de guisantes ¡¡que están de temporada!!
- 2 patatas pequeñas
- Un puñado de aceitunas verdes con hueso
- Sal marina, pimienta negra, cúrcuma, canela, AOVE, vino blanco
ELABORACIÓN:
- Salpimentar los trozos de pollo y dorarlos en la olla con AOVE a fuego medio
- Mientras se doran, triturar el ajo, cebolla, pimiento rojo, tomate (pelado) Una vez triturado, añadir a la olla junto con las hojas de laurel. Dejar hacer chup chup unos 20 minutos
- Mientras, lavar y trocear los champiñones, las judías verdes y las berenjenas. Añadir a la olla y marear unos minutos
- Añadir los guisantes naturales y las patatas cascadas, y volver a marear otros minutillos. Echar una cucharadita de cúrcuma, otra de pimienta negra y 1/2 de canela en polvo
- Cubrir bien con agua y vino blanco (a partes iguales) y dejar a fuego medio otros 40 minutos, más o menos, que las patatas y las judías verdes se queden tiernas (pínchalas con un cuchillo y di «ya está») y el caldico espese. Corrige de sal (marina) a tu gusto
- Añadir las aceitunas y… ¡Disfrutar!
PD: para espesar el caldo y evitar tropezones puedes sacar las berenjenas, triturarlas e incorporarlas de nuevo a la olla. De esta forma tendrás un estofado mucho más espesito.
PD: si no encuentras guisantes o judías verdes, puedes utilizar congelados sin problema. Para que queden en su punto yo prefiero hervirlos aparte y añadirlos escurridos al final de la cocción
La reflexión del día muy poco tiene que ver con la receta… ni con las madres o las abuelas…o sí, no lo sé. Lo que sí que sé es que tiene mucho que ver con la incapacidad que he sentido días atrás de resolver una situación con la que nos encontramos tantas veces como días (o minutos) tiene la vida. Me veo capaz de resolver un logaritmo neperiano, me pasé muchas horas estudiándolo. También de declinar un nombre en latín, también lo estudié, pasé exámenes y me machacaron con el Rosae Rosae Rosa. Puedo ayudar a formular química orgánica sin miedo a equivocarme, 3 años de carrera y muchos madrugones para aprobar lo avalan. Y nada de eso lo he utilizado de forma real en mis 38 años de vida. Sin embargo, cuando una amiga me dice que tiene miedo, pero un miedo fundado, real, indiscutible, … me quedo en blanco. No tengo ni idea ni qué ni cómo contestar; me siento tan pequeña cómo cuando en un examen te sale el único tema que ni has ojeado. Sin recursos a los que acogerme. Sin palabras para consolar, para ayudarle a superar ese miedo. Me siento inútil, totalmente inútil. Durante los útimos años he trabajado mucho este tema, aplicado a mí, a mi miedo a la enfermedad y después, a mi miedo a acabar el tratamiento y no saber qué pasaría después; sin embargo pienso que lo que me ha servido a mí puede no funcionarle a todo el mundo. O sea que ahora, tengo miedo a no poder ayudar como quisiera en mi nueva pasión de Coach Nutricional. Y, sobre todo, tengo miedo a que mi amiga se vea superada por ese miedo. La INTELIGENCIA EMOCIONAL debería ser la asignatura que más horas lectivas tuviera durante nuestra educación… desde luego me paso más tiempo flipando con las emociones (las propias y las ajenas) que con las ecuaciones. Ahí lo dejo… seguiré trabajando lo mío para seguir aportando granitos de arena para una vida mejor 🙂
Estofado rico rico!
Miedo lógico lógico…
Escuchar…ese tipo de granito de arena siempre ayuda…saber escuchar.
GRACIAS Àngels!!! Me lo apunto… escuchar 😉 Buenas noches BONITA
Receta y asignatura pendiente anotadas 😉 Eres ESPECIAL…
Pues anda que vosotras… GRACIAS CHICAS!!!!
Preciosa reflexión querida Raquel… en toda nuestra época de estudiantes nos enseñan a resolver problemas de ecuaciones, algoritmos… etc.. pero nadie nos enseñan a como afrontar los miedos, a ese miedo irracional, que a veces nos inunda todos nuestros sentidos… ese miedo emocional que nos bloquea y no nos deja avanzar… Gracias por expresarlo con tus palabras.
con cariño
Rosa
Gracias a ti por tus palabras Rosa. Es verdad que nos faltaron muchas cosas en nuestra educación, pero confío mucho en los nuevos profesores y en las nuevas generaciones, seguro que nos darán grandes lecciones. Un abrazo
Querida Raquel,
El miedo es humano y está con nosotros. Cada uno lo afronta como puede, pero el primer paso es aceptar que lo tienes. Creo que dar consejos es muy difícil porque como tu bien dices cada uno vive su experiencia pero si creo que se puede ayudar escuchando y eso tu lo haces muy bien.
Un abrazo
¡Gracias prima! Tomo nota con lo de escuchar y espero así aliviar 🙂 Mil gracias (espero que la receta también te haya gustado mucho) Un abrazo hermosa!
Yo lo que alucino es que seas, todavía, capaz de resolver un logaritmo neperiano! Así me quedaría yo al verlo…😳 Quizá, algún día, por mi peque, tenga que volver a estudiarlos. Aunque, como bien indicas, ojalá le ayuden a gestionar sus propias emociones! Tanto por aprender todavía…
Un beso guapa y gracias por poner palabras a lo que nos pasa a muchos ( o todos)
Las declinaciones me las sé de memoria, igual que los elementos con valencias 1 y 2 (flípalo… ¿por qué?) Pero sí, creo que en tu peque verás mucha más inteligencia emocional de la que hemos podido desarrollar nosotras, aunque nunca es tarde 🙂 Un besazo amiga!
Looks absolutely delicious!!
Thanks Iain!!! It is 😉
TIENE QUE ESTAR BUENÍSIMO!!!!!
LO HARÉ SEGURO!!!!!
😘😘👏👏👏
Gracias Virginia!!! Es sin duda uno de los estofados más riquiños del mundo 🙂 Si lo haces me cuentas, a ver si te gusta… UN ABRAZO!!!!!
Hoy voy a por el estofado de nuestra madre, hacía tiempo que no lo hacía y he tenido que recurrir a tus maravillosas recetas y reflexiones que me ayudan cada vez que me quedó bloqueada con el «y qué comemos hoy?» … gracias! sigue escribiendo! me sacas de muchos apuros!
De la misma manera que, después de la reunión de 5º curso de Adrián ayer tarde, y salir con un poco de miedo a la hora de afrontar lo que se nos viene encima como padres, me consuela saber que ahí está su tita para sentarse cuando toque con él/ellos, y ayudarles a resolver sus logaritmos neperianos, sus raíces cuadradas, sus fórmulas quimicas y lo que se tercie, porque si les tengo que ayudar yo lo llevamos crudo😂😂😂
Y qué duda cabe que tus palabras cada día nos ayudan a ser un poquito mejores emocional, humana y sensorialmente.
😘😘😘
Jolines sys, qué chulo!!!! Seguro que ese guiso te quedó de escándalo y que los miedos, compartidos, ya son menos miedos. Que tenemos recursos y amor para eso y pa lo que nos echen 😉 Te Quiero 😘😘
Por cierto, quedo a la espera que consigas la dificil tarea de capturar la exquisita receta que hizo mami el otro día y la publiques, para ponerme manos a la obra…. LA SUPER SOPA DE RAPE DE NAVIDAD!😝
Difícil… Difícil!! 😂😂😂