El «Ajo Colorao» de mi abuela… Slow Food en su máxima expresión

Ésta es otras de esas joya-recetas que hemos heredado de mi abuela y que mantenemos gracias a la memoria de sus hijas. Peeerooo… aquí va lo triste: nunca lo quise probar mientras ella vivía (¡por tonta y por pava y por estúpida!) Cuando veía a mi abuela comer ese platazo de algo rojo lleno de verduras y carne de cerdo me parecía lo peor; como adolescente «con el pavo en to lo alto» yo, que llegaba de Barcelona con aires de diva, me negaba a probar tal «mejunje» preparado a fuego lento en la cocina de La Posada. Y allí estaba ella, haciéndonos un platico de caldo (para ayudarnos a superar las noches de juerga), una sartén de papas a lo pobre, unos huevos fritos, … lo que quisiéramos con tal de que fuéramos felices ¡Qué buena ella y qué ignorantes nosotras! Si me ha visto comerme el platazo de «ajo colorao», aunque sea desde el cielo, seguro que se ha emo… seguro que ha dicho «Qué tontucia eres» 🙂 Espero que me sepa perdonar y es mi deber (que por algo escribo) pedir a las próximas generaciones que no dejen de probar las «slow foods» de sus abuelas, que se arrepentirán siempre de no haberlo hecho con ellas y que arrepentirse de algo no hecho es lo peor que uno puede llevar a sus espaldas. Dicho esto… vamos con el plato…

El «Ajo Colorao» era, según mi madre, el plato favorito de mi Alberta. Mi sorpresa ha sido que su versión no se parece en nada a la receta tradicional del ajo colorao que he encontrado por internet. Típica de los pueblos que van del suereste de Almería hasta la región de Murcia, su ingrediente principal es el pescado… ¡y mi abuela lo hacía con manitas de cerdo! Indagando un poquito más he aprendido que, efectivamente, en la zona del altiplano granadino también se añade cerdo. Así que ni es tan rara ni tan original, pero como era tal cual la hacía ella, para mí es importante escribirla a pies juntillas. En la siguiente foto tenéis a mi madre y a mi tía explicándome cómos se hace el «ajo colorao» Realmente, es para verlas y para oírlas: «Hija eso es muy fácil; se pone todo a hervir, bueno, primero una cosa y luego la otra claro. Y cuando está bien ternico pues lo apartas del fuego y le echas el triturao del tomate y to eso, en crudo, eso en crudo, y ya está. Si eso, ya ves tú, es facilísmo» Me cuesta horrores hacerles ver que soy incapaz de transcribir su lenguaje encriptado en una receta medianamente entendible, pero en el camino me río mucho… y acabo consiguiéndolo ¿Preparados? Pues aquí está 😉Mama y tita

La verdad es que he reducido a la máxima expresión el consumo de carnes rojas; mis proteínas animales provienen básicamente de los huevos ecológicos, el pescado, el pollo y el pavo. Sin embargo y viniendo de las manos de las que viene, no podía dejar de probar este plato, hecho a fuego lento y con todo el cariño del mundo.

INGREDIENTES:

  • Manitas de cerdo
  • Judías blancas (en remojo 24 horas antes)
  • Habas (si son tiernas, déjalas con la vaina)
  • Patatas
  • Tomate fresco
  • Tomate seco
  • Pimiento rojo fresco
  • Pimiento seco
  • Ajos, Perejil y Comino

ELABORACIÓN:

  • En una olla con bastante agua se ponen las manitas de cerdo junto con las judías blancas
  • Cuando estén casi hechas (tiernas) se añade las habas, las patatas, el tomate fresco, el tomate seco y los pimientos. Se deja hervir unos minutos
  • Sacamos los pimientos y los tomates y los trituramos, junto con 2 ó 3 dientes de ajos, un poco de perejil, comino y AOVE. El triturado lo echamos al guiso
  • Probamos de sal (seguramente con las especias que lleva ya te guste, pero si no, añade sal al gusto) ¡Listo para comer! Ajo colorao

A ver qué opinan mis lectores orcerinos, cualquier sugerencia será más que bienvenida ¡El guiso estaba de rechupete!

¡Un abrazo colorao!

2 comentarios en “El «Ajo Colorao» de mi abuela… Slow Food en su máxima expresión

  1. Mi prima Vane

    Pues yo soy una tontucia como tú que nunca lo probé cuando se tenía que haber probao así que te propongo marcarnos un ajo colorao a la Alberta un día cualquiera con una botellita de vino para brindar por ella y por el par de dos que te han dao la receta, tu madre y la mía que son lo que no hay de lo mejor!! 🙂
    Cómo lo ves, nos ponemos? 😉

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