Antes de que os echéis las manos a la cabeza… ¡sí! ¡Esta receta tiene panceta de cerdo y longaniza de pueblo! Naaaaadaaaa que ver con la alimentación anti-cáncer 🙁 Sin embargo, os diré a su favor que:
- La hacía mi abuela Alberta que se marchó con casi 90 años más fuerte y feliz que una perdiz
- Encanta a todos sus hijos, hermanos y casi todos sus nietos, por lo que la felicidad que se respira mientras se come fortalece el sistema inmunológico, ¡seguro! 😉
- No es un plato para comer todos los días, por lo que si lo haces una vez al año, como es nuestro caso… no pasa absolutamente nada. Disfrútalo y, si te apetece, sustituye la carne por algo más ligero
Escribo esta receta respetando religiosamente todos sus ingredientes y etapas; es un plato muy auténtico y huele y sabe mucho a La Posada de nuestra abuelita, así que sólo por eso, merece mantenerla en nuestra lista de platos inolvidables. Tengo que dar las gracias a mi tita Jose, la mayor de los hermanos y la que mantiene en su memoria la receta paso a paso. Tita, ¡hoy te lo has currado! Darle a la pala en la lumbre no ha sido tarea fácil, te hemos visto sudar 🙂
Bueno, aquí va… uno de esos secretos que no se deberían perder jamás… ¡Ah! Las cantidades son todas a ojo, no sé si habéis visto un video que corría hace poco por internet, pero las madres sólo saben dar las recetas en unidades subjetivas tales como «un puñao», «bastante», «lo que la harina admita», «un ratillo» y «lo que tú veas más o menos» Os deseo mucha suerte y mucho atino 🙂
INGREDIENTES: hemos hecho una «sartená» (que es el recipiente de una sartén de 50cm) y sale como para 12 raciones sin problemas
- Ajos – aprox. 12 ajos
- Ñoras (pimientos rojos secos) 4 ó 5 (si hay alguna picantona, mejor)
- Tocino troceado – unos 300gr
- Longaniza (de confianza… ) – unos 200gr
- Harina – la que la mezcla admita, pero hemos utilizado unos 500gr
- Comino, Pimentón de la Vera, Sal, AOVE y agua
ELABORACIÓN:
- Pelar y partir por la mitad los ajos. En un mortero, majar los ajos con comino y sal
- En una sartén grande, calentar un poco de AOVE y freír las ñoras. Retirar las ñoras
- En el mismo aceite, freír el tocino. Cuando esté dorado, añadir la longaniza y la mezcla del mortero (ajos, comino y sal)
- Picar bien las ñoras en el mortero (añade agua para poder picar mejor) Añadir a la sartén
- Mezclar todos los ingredientes en la sartén a fuego lento. Añadir una cucharada de pimentón y agua hasta cubrirlo todo de sobras
- Dejar 5 minutillos y retirar con una espumadera todo lo sólido, dejando en la sartén sólo la parte líquida
- Ahora toca añadir harina al líquido de la sartén y mezclar y mezclar para que no que queden grumos. Añade tanta harina y agua como consideres hasta que quede una masa ligera comible con cuchara. La harina deberá hervir (hacer chup chup) y cuando esté bien cocida, retirar del fuego. El aspecto es como de gachas
- Se come poniendo las «gachas» y echando encima tanto sólido como gustes… ni te pases, ni te cortes, ya sabes 😉
- Te dejo algunas fotos del proceso de elaboración, que en nuestro caso ha sido en la lumbre, para hacerlo todavía más auténtico…
Sabor a ti…
Bueno que decir… Una de las recetas que más me gustan y que más me recuerdan a nuestra abuelita. Ella sabía que me gustaba mucho y cuando me iba sin haberlas probado siempre me decia…»Ay hija, otra vez sin hacer ajo de harina. No te preocupes que te las hago para almorzar» y así era 😢. Gracias por este dia y recordar esta receta!!!
Gracias a ti porque sin tu idea, no la habríamos hecho. Una vez al año… en su honor 😉 Ahora ya no tenemos excusa…
Ala! Ya esta! Me han gustado tanto y me han recordado tanto a ella que queda oficialmente asignado el día del Ajo de Harina en nuestra familia. Que ni decir tiene gracias a la cabeza de la tita Pepa que recordaba su exquisita receta. El dia del amigo invisible se va a convertir en el dia del ajo de harina tambien. Y si quereis hacemos otro, dos al año tampoco estaria mal que esta mu pero que mu rico 😉
He de confesar que el recuerdo a mi Posà y mi abuela me ha venido por el olor, yo era una de esas niñas/adolescente puñetera que decía «yo de eso no quiero», vamos, como mis niños hoy, y allí estaba mi abuela para hacerme lo que yo gustara, pero hoy las probé y son una exquisitez. ¡¡¡¡¿¿¿Como no me comí yo esto cuando nos lo hacía la abuela!!!!!????
¡¡¡ Apoyo la propuesta!!! El día del ajo de harina 🙂
Sartená, lumbre, ajo de harina.. Sólo me sale añadir «saca pan y moja!» No dejéis de catar una de tantas riquisísimas recetas de nuestra abuelita Alberta by you nena, eres la mejor!
P.D. Cuidao al picar los ajos que se pierden.
Jejeje, al picar sin control los ajos se pierden, correcto 😉 Thank you baby, la próxima son las gachas de la abuela pero un día me tienes que hacer un ajo al almirel de los suyos, que yo no lo monto ni queriendo.
Ajo de harina eeee jajaja buena pinta tiene, yo la verdad que tengo la suerte de que mi abuela me hace de vez en cuando y que no es igual que el que hacia la abuela alberta,pero bueno cada maestrillo tiene su librillo jaja , el de la abuela tuve la suerte de probarlo también alguna que otra vez teniendo que desabrocharme algún que otro botón de la correa jajaja y que decir que más picante no podía estar jajaja pero bueno si no picaba no era de la abuela, además ver a mi padre con el tito pelearse por los bordes era muy gracioso , parecían niños pequeños, lo dicho me alegra mucho ver que esa receta no se ha perdido. y que te va muy bien por aquí Raquel un besoo!!!
Ya ves si tienes suerte Angelillo, bien lo sabes!!! Ahora te toca currártelas a ti, las maestras y la receta las tienes… y comensales seguro que te sobran… esperamos con ganas tu versión 😉 Muchas gracias primo! Un besote bien grande, más que tú!!!
Yo también he comido ese ajo de harina en la posada, pero hace muchísimos años. Gracias Raquel
¡Vaya ilusión Mari! Comer en la Posada ajo de harina es un lujo que no todo el mundo ha tenido… cómo me alegro que tengas ese recuerdo! Gracias a ti por leerme. Un beso.