Escribo esta noticia en una nueva sección llamada «No sólo la comida importa» con el objetivo es compartir con vosotros (y recoger en un mismo sitio todo ordenadito 😉 ) todo lo que voy leyendo y aprendiendo al respecto de esos otros factores que pueden influir en nuestra salud.
Cuando empecé a interesarme por el tema, tristemente a raíz de mi enfermedad, intenté centrarme en la comida y no volverme una loca paranoica por todo lo que no podía controlar. Ni puedo ni quiero vivir en una burbuja, pero no por ello dejo de interesarme por aspectos que considero tan importantes como la contaminación ambiental. Fruto de ello, empecé a priorizar las compras ecológicas; lo hago tanto en la comida (ver mi post «Frutas y verduras ECO«) como en los cosméticos y productos de limpieza. Y leo. Y así aprendo y, si puedo, escojo y me siento más segura. No, no me he ido a vivir a una montaña cual ermitaña ni he dejado mi trabajo por criar mis pollos y cultivar mis brócolis dentro de una burbuja de cristal que absorbe los rayos UV (a veces pienso que la idea no suena tan mal 😉 ) pero sí he puesto consciencia a las compras, sólo o tanto como eso.
El caso es que esta noticia me alegró muchísimo, ya que en Junio de 2015 leí otra que me cabreó casi muchísimo más. Aquí van las dos para que os las leáis, si os parece de vuestro interés, y os pongáis contentos:
- La MALA: la OMS clasifica el Glifosato, un herbicida altamente utilizado en jardinería para matar hierbas, como carcinógeno (además altamente relacionado con el Linfoma No Hodking que me diagnosticaron): http://www.20minutos.es/noticia/2419259/0/glifosato-herbicida/cancer/espana/
- La BUENA: el Ajuntament de Barcelona erradicará su uso y buscará alternativas ecológicas: http://eldigital.barcelona.cat/es/barcelona-ciudad-libre-de-glifosato_280413.html
Se hacen evidentes las diferencias entre los intereses de los fabricantes y distribuidores del Glifosato y lo que dictamina la OMS. No entro en este debate, estoy segura que nadie tiene la razón absoluta y que, probablemente la OMS también tenga intereses detrás de cualquier publicación (el mundo está así de deshumanizado 🙁 ) Sin embargo sí celebro que, ante cualquier riesgo, se busquen alternativas no peligrosas, y por esto aplaudo la decisión del Ajuntament de Barcelona y me pregunto porqué la Multinacional Monsanto no hace re-ingeniería para, en lugar de luchar contra un dictamen y unos ensayos científicos, ofrecer (y vender) productos sustitutivos menos dañinos… en fin, si Erin Brockovich lo consiguió quizás haya esperanza par el ser humano.
Disfrutad de la buena noticia barceloneses… y esperemos que muchos ayuntamientos se copien de esta iniciativa ¡Besotes!
Todos deberiamos no cesar en el empeño, cual Erin Brokobich, hasta conseguir erradicar el uso de productos cancerigenos y antisalud.