Setas Sanadoras

rsanva   18 noviembre, 2015   6 comentarios en Setas Sanadoras

¡Hola! Hoy os quería hablar de otro de los alimentos que he incorporado a mi dieta de forma compulsiva 🙂 Yo comía de vez en cuando champiñones y muy de vez en cuando alguna seta. Normalmente comía unas que en mi familia se les conoce como «Setas de Olmo» y prácticamente era todo lo que conocía. No es que no me gustaran, es que, como todo lo que te paraliza, no tenía ninguna motivación ni necesidad de adentrarme en el apasionante mundo de la micología.

Cuando supe del diagnóstico y empecé a leer sobre la alimentación anticáncer, encontré múltiples referencias sobre los beneficios de los hongos. De echo, si te concentras un poco y te interesa la alimentación y la salud (si estás leyendo este blog es que sí 😉 ) seguro que recordarás haber visto cápsulas en Farmacias o Herboristerías a base de setas… ¿a qué sí? ¡Mola!

A nivel nutritivo, las setas son ricas en carbohidratos, fibra, b-glucanos, b-proteglucanos, heteroglucanos, minerales (potasio, calcio, fósforo, magnesio, zinc, hierro, sodio), vitaminas y enzimas que ayudan a la digestión. Tienen muy pocas calorías y un índice glucémico muy bajo.. ¡ideales para cualquier dieta! El poder anticáncer de las setas reside en los b-glucanos que estimulan el sistema inmune. A estas alturas ya debes saber que el sistema inmune es nuestro ejército, el que lucha contra todo lo malo, y siempre debe estar fuertísimo y preparado para cualquier ataque enemigo. Mientras me hice quimio tomé suplementos de Shiitake, Maitake y Reishi. Las iba combinando y las tomaba a diario en cápsulas. Es cierto que eran caras, pero fue sólo durante los 6 meses que duró la Quimio… la ocasión bien lo merecía; ahora sigo tomando esas cápsulas pero sólo de 1 tipo y menos cantidad; no he cogido ni un resfriadillo y eso que mis neutrófilos no están por las nubes (fruto de los tratamientos 🙁 ) y que estoy rodeada de gente estornudando, tosiendo, mocando, … al final va a ser que soy más fuerte de lo que pensaba 😉

Las setas que tienen mayores propiedades anticáncer son las siguientes: Maitake, Shiitake, Champiñón y Reishi. Una manera que he descubierto de poder tomarlas todo el año es en su forma deshidratada. Al principio me daba cosilla, por eso digo que lo he descubierto hace poco, pero me atreví a comprarlas y oye, se cocinan estupendamente. Se tienen que poner en agua un día antes (12 horas es suficiente) y utilizar el líquido resultante para cocinar (el arroz, las verduras, …)

Y para acabar este post os dejo unas setillas que recolecté el pasado fin de semana (¡estamos en plena temporada! ) con un grupo muy genial de amigos. Yo no las conocía «en su hábitat natural» y ellos me iban guiando e indicando las que eran buenas y las que no… ojito con esto, no seas un sabio en el tema porque es complicado y pueden resultar muy peligrosas si te equivocas. La verdad es que me lo pasé tan bien buscándolas y disfrutando del entorno como comiéndomelas 🙂

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En la primera foto aparecen en pequeñito muchos tipos que encontramos en el camino, me gustó su forma, su color, … pero no todas las cogimos para comer. Al final en los cestillos nos quedaron las siguientes, muy típicas de la zona donde estuvimos (Breda – Catalunya):

  1. Trompetas de la muerte: están muy ricas y tiñen de negro el plato al que las eches. A mí me gustan salteadas con un poquito de ajo, perejil y le puedes poner huevo y trocitos de jamón. En el arroz… espectaculares. Las puedes encontrar deshidratadas y mantienen perfectamente sus propiedades
  2. Rovellons (Níscalos): es importante que cuando los cortes «sangren» (un color rojizo) Si sale un color blanquino déjalos, por si acaso. En Catalunya son muy muy típicos y es que están muy buenos, en este caso sí, salteados con ajo y perejil y listos. Lávalos muy bien si no quieres masticar tierra 🙂
  3. Ceps (Boletus): estos están riquísimos y le dan un toque de colorido a la cesta muy mono 😉 ¡Con las trompetas de la muerte hacen una mezcla explosiva de sabor!
  4. Carlets: con estos tuve un dilema porque en mi familia no se conocen y me decían que no se fiaban. Sin embargo está asegurado que son buenos, y además muy populares (encontramos muchísimos) Para comerlos hay que quitarles un poco la capa rosa pues amarga, y mejor guisarlos que hacerlos a la plancha ya que son un poco duros

Y hasta aquí todo lo que una novata en esto de la micología ha aprendido en los últimos meses… y ha disfrutado en los últimos días.

¡Un abrazo setuno!

 

6 comentarios en “Setas Sanadoras

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